La Reserva de la Biósfera Tehuacán Cuicatlán con sus 490 817 hectáreas es una de las joyas biológicas de México. Desde el punto de vista botánico es muy importante, se reporta que esta reserva resguarda poco más del 10 % de todas las especies de plantas vasculares presentes en México y una tercera parte de sus especies es endémica de México. Aquí confluyen gran variedad de ecosistemas; desde matorrales áridos y semiáridos, hasta bosques húmedos templados.
En esta ocasión la visita no fue por motivos botánicos -aunque algo sacamos- la comunidad de Santa María Tecomavaca, protege uno de esos reductos que aún quedan para la fauna mexicana.
Entrada al Cañón del Sabino, donde se resguarda a una de las bellezas de la avifauna mexicana.
Dentro del cañón se encuentra la colonia de anidación más grande de Ara militaris o guacamaya verde. La comunidad de Sta María Tecomavaca se ha dedicado a la conservación de este lugar y ellos son los encargados de conducir a los visitantes a los miradores a lo largo del cañón desde donde se puede observar a estas espectaculares aves.
En un cañoncito mucho más pequeño se resguarda otro tesoro de la biodiversidad mexicana, en este caso un tesoro botánico. Echeveria laui o conchita de Tehuacán, especie endémica de esta reserva y con un hábitat muy específico por lo que es una especie en peligro de extinción.
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