El ecoturismo se pregona como la manera de conciliar turismo y sustentabilidad o una manera de hacer turismo sin afectar a la naturaleza, muchas veces en realidad la idea es vender, ya casi cualquier tipo de turismo se vende bajo el título de ecoturismo. En esta serie de fotografías se muestra lo que ocurre con una actividad ecoturística en la realidad, algo aparentemente tan inocuo como simplemente salir a observar ballenas.
Salimos con la intención de hacer fotografias de ballena jorobada Megaptera novaeangliae, en la Bahia de Banderas desde Puerto Vallarta. Jalisco. con Eduardo Lugo fotógrafo e investigador de mamíferos marinos http://www.wildlifeconnection.com/aboutus.php
Es muy importante que este tipo de actividades se hagan bajo la supervisión de personas capacitadas ya que acercarse a estos animales ( a todos) debe hacerse conociendolos e intentando perturbarlos lo menos posible y más aún sabiendo que estas ballenas vienen a estas aguas a parir a sus crias y a aparearse, actividades evidentemente importantes en su ciclo de vida.
Una vez avistadas las ballenas, en este caso una madre y su cria nos fuimos acercando poco a poco y como dije más arriba, intentando perturbarlas lo menos posible, de esta manera solo obtuvimos fotos del dorso de la hembra y ocacionales vistas de la cabeza de la cria, estuvimos un tiempo cerca de ellas y nos alejamos, tampoco es conveniente estar cerca de ellas demasiado tiempo, es necesario recordar que el sujeto es más importante que la fotografía. http://chuymorenonavarro.blogspot.com/p/codigo-etico.html
Así que no adentramos un poco más en la bahia para ver un grupo de delfines, Tursiops truncatus, uno de ellos permitió que Analí nadara junto a el un buen rato y en el camino nos topamos con una tortuga golfina.
Ya regresabamos al muelle cuando nos avisaron por el radio que la hembra y su cria ya estaban más activas y muy cerca de la marina, así que nos dirigimos hacia allá pero lo que llegamos a presenciar no fué tan agradable como las experiencias anteriores, el ballenato si estaba saltando, pero al haberlo hecho tan cerca de la marina fué visto por mucha gente, que inmediatamente se lanzó sobre ellos con el explicable deseo de observarlos, pero con mucha ignorancia.
Entre más saltaba el ballenato más enbarcaciones se iban acercando, lo que iba poniendo más nerviosas a las ballenas, la falta de control de la aglomeración de embarcaciones que querian acercarse cada vez más, formó un círculo alrededor de la madre y la cria, los saltos ya no eran por jugar, las ballenas se ponian nerviosas. La madre mostraba las aletas, no estaba saludando, estaba asustada y queria proteger a su cria.
De una veintena de embarcaciones, desde yates y veleros hasta kayaks y jet sky solo tres mostraban la bandera que las identifica como autorizadas para la actividad de la observación de ballenas, todos los demás no tenian ni ídea de como acercarse a estos animales. ¿Y las autoridades?
Al ver semejante acoso decidimos dejar de participar y regresamos al puerto.
El ballenato alejandose con las lanchas detrás de el
Alex, Analí, Marko, yo y Eduardo